Peinando Plumas: Cartas a unx Humanx (Parte II)
Resumir toda la información que he adquirido estos meses de estudio sobre el conflicto entre Israel y Palestina no es tarea fácil. Pero me voy a centrar en lo que he aprendido de las entrevistas que he hecho a seis personas, tres israelíes y tres judíxs americanxs, con ideologías que van desde anarquismos hasta la extrema derecha; otra fuente que me ha ayudado mucho a introducirme en la sociedad israelí es el periódico Haaretz, más o menos de izquierdas, que elegí porque, buscando artículos por internet me encontré con el nombre de Eva Illouz, una autora que me encanta y que resulta que es franco-israelí. Por ella, me inscribí al periódico y leí todos sus artículos, incluidos los que no son sobre el conflicto; el Podcast “Unapologetic”, que me recomendó una de las entrevistadas, que va sobre una mujer y un hombre palestinxs que viven en Israel y que intentan encontrar una tercera narrativa que se salga de los “dos bandos”. Son jóvenes y apasionadxs y, a parte de contarte sus experiencias como palestinxs en Israel, también entrevistan a palestinxs de Cisjordania y Gaza, a lxs Druzes, que son una étnia minoritaria en Israel, a judíxs israelies, etc. Además he visto películas, documentales, entrevistas en YouTube, conferencias, debates y un sin fin de opiniones públicas de ambos lados, que no voy a poder compartirlos todos, pues llegó un punto en que dejé de copiármelos en la lista de referencias.
Me he centrado en lxs israelíes porque el conflicto está con ellxs y empatizar con lxs palestinxs me resulta fácil y obvio. Siempre que lxs escuchaba tenía una senscaión extraña, que al final pude averiguar qué era: este conflicto se dice que es imposible de entender y de resolver, y la razón por qué este mito se ha hecho tan grande es porque, todavía hoy en día, la gran mayoría de lxs israelíes, no saben toda la verdad sobre la historia de su país. La sensación extraña que yo tenía venía de que todo lo que escuchaba de ellxs, omitía por completo la retórica palestina. Una solución real nunca puede ocurrir si no se sabe toda la verdad. Por tanto, el siguiente paso fue comprarme dos libros: “La limpieza étnica de Palestina”, de Ilan Pappe, y “Gaza en crisis”, de Ilan Pappe y Noam Chomsky.
Con estos dos libros confirmé la sospecha y lo que voy a intentar hacer ahora es empezar un diálogo con la narrativa israelí (tan común en medios de comunicación mainstream en Occidente), aplicando la historia y la perspectiva de lxs Palestinxs, pues si se quiere llegar a la paz, no queda otra que escuchar las voces del otro y empezar un ejercicio de empatía, que estaría bien abordar.
A lxs israelíes:
(Un ejercicio de empatía con lxs Palestinxs)
Una de las cosas que es importante mencionar antes de empezar a contar la historia que se omite en Israel, es hablar del término “Sionismo”. En una de mis primeras entrevistas con una israelí, gracias a ella me di cuenta de que la relación que tengo yo con el término no es la misma que lxs israelíes tienen. Y parece muy obvio, pero entender esto es fundamental para el ejercicio de empatía que tenemos que hacer tanto lxs que no somos israelíes como los que sí. Para unx israelí, Sionismo significa eso que les ha dado un hogar al que volver. El significado de la palabra es básicamente un Estado Judío. Y para lxs que somos antisionistas, el Sionismo significa ese proyecto que lleva décadas destruyendo Palestina mediante la limpieza étnica, el castigo colectivo y, ahora, el genocidio en Gaza. Por tanto, me parece importante señalar algunas diferencias: La primera es que no es lo mismo la Idea del “Sionismo” (un país para que lxs judíxs puedan vivir en paz y en dignidad, fuera de antisemitismo), que la Ejecución del Proyecto Sionista, un proyecto que se ha logrado a base de ocupaciones ilegales, la destrucción de pueblos enteros de la población “nativa”, -como lxs propixs sionistas decían-, y la expulsión de estos mediante las típicas crueldades, matanzas y humillaciones que todo país colono ha practicado. La segunda diferencia que quiero recalcar (y que no sé si es cierta del todo pero creo que puede llegar a ser beneficiosa para llegar a un acuerdo) es que, aunque Israel sea el resultado del proyecto Sionista, no es lo mismo que el Sionismo. Hoy en día Israel es el hogar de varias generaciones de Israelíes. Nuestrxs compas israelíes, todxs han nacido allí, y no es realista ni justo querer que se queden sin casa otra vez. Si este fuera el caso, deberíamos preguntarnos si sería o no un acto antisemita y también, si sería un castigo colectivo. La tercera diferencia es que no es lo mismo Israel y sus políticas, que lxs israelíes. Netanyahu no representa, hoy en día, a la mayoría de israelíes y él, como otros líderes Sionistas en la historia, han manipulado y explotado el dolor de su gente de tales formas, que si fuera por mi, deberían ser condenados por abuso psicológico extremo.
Dicho todo esto, allá voy con la historia oculta:
El proyecto sionista siempre fue muy claro des del principio. Este extracto del ensayo “el muro de hierro”, de Ze’ev Jabotinsky, es un claro ejemplo de cómo antes no se escondía tanto el usar términos como “nativxs” y “colonxs”. A él le debemos el eslógan “from the river to the sea”, por cierto.
Todos los mapas de Eretz Israel, nombre con que lxs religiosxs judíxs llaman a la tierra de Palestina, siempre fue desde el río Jordán hasta el mar Mediterraneo. Estos religiosos creen en el retorno del mesías en la tierra prometida. En las escrituras se dice que en el final de los tiempos, el Mesías volverá para comunicarles a lxs Judíxs que han hecho bien su trabajo. El problema es que el proyecto sionista ha utilizado esta creencia para adelantar la conquista de la tierra prometida. Es decir, secularizaron el Judaísmo. Es por esto que lxs Judíxs Ortodoxxs, que se dedican a estudiar el antiguo testamento, fueron y son antisionistas. A Herzl, quien tuvo la idea del sionismo en los 1880’s, no le importaba demasiado donde ubicar el Estado Judío, pero a su muerte, en 1904, decidieron casi que unánimamente, ejecutarlo en Palestina. Lxs primerxs immigrantes judíxs llegaron en 1882, pensándose que no había población nativa, pues uno de los mitos más arraigados en la conciencia israelí es que Palestina era una tierra sin gente para la gente sin tierra.
Hasta 1918, Palestina pertenecía al Imperio Otomano (turco) y, durante esos años -en donde cada vez llegaban más immigrantes judíxs- algunxs nobles e intelectuales palestinxs empezaron a alarmarse y comunicaron a los Otomanxs que: “Los judíxs pretenden crear un estado que incluye Palestina, Syria e Iraq”. Pero en ese entonces la mayoría no lo veían como un problema, pues lxs judíxs representaban tan solo el 5% de la población.
Algunas sociedades Europeas vieron potencial en el proyecto, como es el caso de lxs misionarixs protestantes y lxs colonxs británicxs. En el Cristianismo hay una rama que también cree en el retorno del Mesías, pero en sus escrituras pone que lxs Judíxs se va a dar cuenta de cuánto la han cagado y que por eso, se van a convertir al cristianismo, transformando así, la tierra prometida, en una Palestina Cristiana. Lxs Cristianxs Sionistas -que también existen hoy en día, sobretodo en EEUU y algunos países latinoamericanos, y que, junto con el lobby sionista tienen una influencia enorme en las políticas- aprovecharon la ocasión (lxs británicxs) para ayudar a colonizar Palestina.
El primer ministro Británico en la Primera Guerra Mundial, Lloyd George, que hacía comentarios tipo “estos Mohammets se tienen que ir” utilizó esta estrategia politico-religiosa y, en 1917, Lord Balfour les prometió a lxs sionistas un Estado Judío en Palestina. Así fue como les condenó, tanto a lxs sionistas como a lxs palestinxs, a una guerra eterna, pues todas las opciones que propusieron nunca tuvieron en cuenta las demandas de la población indígena. En 1918 Gran Bretaña conquistó Palestina, tratándola siempre como a un Estado -al contrario de lo que se piensa sobre la palestina de aquella época. El mito de que lxs palestinxs eran salvajes e incultxs, a parte de ser el estereotipo típico que han dicho siempre lxs colonxs racistas, no es cierto. Lxs palestinxs tenían una conexión con la tierra desde hacía centenares de años y, a partir de los años 20, era una sociedad en auge, que importaban y exportaban mercancías que venían de Asia, África y Europa. Tenían escuelas, mezquitas sagradas preciosas (la mayoría destruídas hoy en día), mercados rebosantes de vida, líderes políticxs y una cultura notable. Palestina se hubiera convertido en un país independiente, hubieran o no llegado lxs sionistas. Pero en 1920 ya hubieron centenares de muertes en ambos lados, hasta que en 1928 lxs palestinxs decidieron aceptar la paridad propuesta por lxs británicxs -que tanto favorecía a lxs sionista, siendo lxs palestinxs el 90% de la población- para así poder partir desde algún lugar y empezar a negociar. Pero lxs sionistas decidieron rechazarla, lo que llevó a una revuelta. En Londres, el partido obrero quiso apoyar a lxs palestinxs, pero el lobby sionista presionó y logró que se volviera a la senda Balfouriana. Lo que llevó a otra revuelta en 1936, en donde lxs líderes palestinxs fueron exiliadxs y las guerrillas, disueltas. Esto hizo que fuera mucho más fácil la limpieza étnica, que empezó en Diciembre de 1947 y que terminó en enero de 1949 (con otras seis masacres más), lo que se conoce como la Nakba, o la gran catástrofe.
Entre 1930 y 1940, el proyecto nacional sionista se fue agrandando gracias a la creación de la Hagana (‘defensa’ en hebreo y futuras Fuerzas de Defensa Israelí), recomendada por el oficial británico Orde Charles Wingate porque según él, era obvio que lxs palestinxs iban a resistir, pero además, debían proteger a lxs colonxs (settlers) judíxs; y la creación de los archivos de los Pueblos, un conjunto de fotografías topográficas del terreno, tanto de las calles, como de los pueblos, las fuentes de agua de calidad, las tierras fértiles, un listado de nombres de los habitantes de los pueblos, quién participó en las resistencias, quién mató a judíxs, etc. Para lograr completar estos archivos, se aprovecharon de la hospitalidad natural de lxs Palestinxs, que les abrieron las puertas y les dieron de comer. Pues igual que hicieron lxs indígenas en las Américas con lxs colonxs Europexs.
Estas dos creaciones fueron fundamentales para la ejecución del Plan Dalet, que es básicamente el sin fin de masacres y expulsiones que cometieron contra la población indígena, una vez que echaron a lxs británicxs y se auto proclamaron un Estado independiente en 1948. David Ben Gurión fue el arquitecto del plan, junto a otros nombres como Youssef Weitz, Yigal Allon, Yigael Yadin, Stern Gang, etc.
Para seguir defendiendo que el proyecto sionista siempre fue crear un país libre de la población indígena, aquí van algunas frases que estos personajes dijeron en la Consultancy o en sus diarios personales:
Mientras Ben Gurion decía públicamente que lxs judíxs en Israel estaban sufriendo un “segundo Holocausto”, en su diario personal escribía: “lxs árabes estan [militarmente] muy pobremente entrenadxs. Y si no lxs provocamos se mantendrán inactivxs y los países árabes vecinos dejaran de mandar voluntarixs.”
Seguidamente se inventó el término “defensa agresiva” para poder provocar la reacción de lxs palestinxs, y así justificar las masacres durante la Nakba.
Yossef Weitz : “ ‘transferir’ no solo sirve un propósito -reducir la pobración árabe- sino que también sirve para desalojar las tierras cultivadas por lxs árabes, para que lxs colonxs Judíxs tengan una tierra libre de árabes. La única solución es transferir a lxs árabes a los países vecinos. No nos debemos dejar ningún pueblo ni ninguna tribu.”
Yigal Allon “Tenemos que ir a por una serie de castigos colectivos aun si hay niñxs viviendo en las casas [atacadas].” “Un grito a la paz sería debilidad” “Tienes que explotar veinte casas y matar a tantos habitantes como sea posible” “ Si acusamos a una familia, debemos atacarlxs sin piedad, mujeres y niñxs incluídxs. De lo contrario, esto no sería una reacción efectiva. Durante la operación no hay necesidad de distinguir entre culpables y no culpables”.
Yigael Yadin: “Debemos explicarles a nuestros comandantes que tenemos ventaja…deberíamos paralizar el transporte de lxs árabes y su economía, acosarles en sus pueblos y ciudades y desmoralizarlxs”.
Yadin recomendó dejar de usar el término “represalia” y en su lugar, dijo: “Estábamos equivocados en solo implementar represalias. Lo que necesitamos es instalar en las tropas la idea de que “agresión” es el modus operandi a partir de ahora.”
Stern gang: “destruir las vecindades árabes y castigar a los pueblos árabes”.
Estas frases nos recuerdan al actual ministro de defensa israelí llamando a lxs palestinxs “animales humanos” y dejándoles morirse de hambre y sed, enfermedades y calor, mientras las FDI ya han asesinado a más de 34.500 civiles, el 70 % mujeres y niñxs. La Nakba continúa en Gaza, hogar en donde refugiadxs del Nakba tuvieron la “suerte” de instalarse y escaparse así, de la eterna condición de refugiadxs. Todo lo que temen lxs israelíes, lo están sufriendo lxs palestinxs desde hace 76 años.
La OIR (Organización Internacional de Refugiadxs), que fue la que ayudó a lxs refugiadxs Judíxs después de la Segunda Guerra Mundial, después del Holocausto, fue intencionalmente mantenida al margen, por Israel y lxs líderes sionistas internacionales, para que nadie pudiera hacer ningún tipo de asociación ni comparación entre el Holocausto y la Nakba.
La OIR propuso como primera opción al problema de lxs refugiadxs Palestinxs, la repatriación, pero eso para Israel era impensable, pues todavía hoy en día necesitan una mayoría judía y toda Eretz Israel para que el proyecto sionista se cumpla hasta el fin.
Así es como en 1950 se creó la UNRWA, la actual ONG que se encarga de lxs refugiadxs Palestinxs y la misma a la que Israel está impidiendo, por todos los medios posibles, que acceda en Gaza con comida, agua, medicinas y todo aquello necesario para que un ser humano sobreviva.
Es irrelevante que creas que no es equiparable. El terror que tus ancestros vivieron en el holocausto es exactamente el mismo terror que lxs gazatíes están viviendo, hoy en día, en Gaza. Que Israel esté compuesto por víctimas del Holocausto, no le absuelve de convertirse en un país genocida. Israel, no tú.
Conclusión:
Pensar que Israel es tan solo la marioneta de turno de EEUU, a parte de quitarle a lxs israelíes la capacidad de actuar, también excusa a Israel de las acciones que está tomando por sí solo. Israel es una entidad propia, como lo es cualquier otro país del mundo. Es verdad que EEUU es un aliado muy potente, que depende de Israel y que Israel depende de EEUU para el intercambio de tecnología, armas, información, inteligencia, etc. Pero decir que el colono es tan solo EEUU, no creo que sea cierto. También hay que recordar los intereses siniestros de los Cristianos Sionistas, -como lo son Trump y Milei (bueno, ahora Milei dice que es judío)- que trabajan codo con codo con los gobiernos. Yo no sé qué objetivos tienen, pero no sé si esos que quieren que todxs lxs Judíxs se conviertan al cristianismo sean muy buenos futuros aliados para lxs israelíes. A veces me imagino a Trump autoproclamarse el Mesías, cabalgando sobre un asno, en Jerusalén. El sueño perfecto del narcisista.
Lo que quiero expresar es que creo que nos engañan constantemente, haciéndonos creer que yo (por estar en contra de cómo se está ejecutado el proyecto Sionista) soy una antisemita y enemiga de cualquier israelí. Cualquiera que caiga en esa trampa forma parte del juego de la división de los “dos bandos” que tanto me han criticado lxs israelíes que he entrevistado. La trampa de que el antisionista se convierte inmediatamente en antisemita, es un tipo de propaganda que impide el diálogo. Por eso tenemos la sensación, aquellxs que no somos de Israel, de que la sociedad israelí es muy intolerante. Porque la intolerancia nace de no querer escuchar otras narrativas. Y lo que están experimentando lxs palestinxs, es que el proyecto sionista es un proyecto colono, como cualquier otro.
Pero cuando una se da cuenta de que en Israel no les cuentan la verdad sobre su propia historia (como también pasa en países colonos como España, Francia, EEUU, etc), que todo el mundo les critica porque estamos viendo el primer genocidio en directo de la historia y la verdad ya no se puede ocultar y, que además, sus propios governantes han utilizado el dolor generacional REAL del Holocausto para manipularles y justificar la brutalidad de las FDI, pues una empieza a entender que lxs israelíes también son víctimas. Y me compadezco. Y lo siento si alguna vez hice algún comentario que os doliera.
Yo no sé cual es la solución, pero quizás tenga que ver con soltar la idea de un Estado puramente Judío. Soltar el proyecto sionista -que no significa irse de Israel. Y dejar la defensiva para practicar la valentía, que yace en mostrarse vulnerables y en sostener la mano del otro. Creer más en la gente y menos en los gobiernos. Darnos la oportunidad de saber perdonar y de ser perdonadxs. Al fin y al cabo, lxs Judíxs, lxs cristianxs y lxs árabes han llegado a convivir en paz en muchas zonas del mundo, sobretodo en los países árabes. (Para referencia, leer a Avi Shlaim)
Me parece relevante mencionar que cinco de las seis personas que entrevisté, son mujeres. La inteligencia emocional es un músculo que se trabaja, igual que el amor. Y hoy en día, si hay algo a lo que aferrarse, es a esa intimidad que se comparte cuando alguien te tiende la mano. Las mujeres y el hombre que entrevisté lo entendieron, y fue bello. Preguntar en vez de atacar. Ver en vez de juzgar. Ser compasivx, en vez de odiar. Lxs enemigxs se construyen para alimentar el ego y la ambición de quien ha perdido la fe en sí mismx. Y es por eso que no confío en las mayorías, ni en proyectos que necesiten de la manipulación para lograrse. Y supongo que es por eso que hay tanta necesidad de unx Mesías, porque la/el Mesías trae la palabra de Dios, y estamos, pobrecitxs de nosotrxs, tan faltos de nuestrx propix Diosx.
El conflicto entre Palestina e Israel es un reflejo de todo lo demás. Cuando una ve que la opinión sobre este conflicto se divide entre gente indígena, gente negra y de color, gente de izquierdas, ecologistas y gente queer vs. fundamentlistas religiosxs que quieren que lxs Judíxs se conviertan al cristianismo, fascistas como Milei, Abascal, Netanyahu y Trump, y multinacionales como Google y Tesla (Elon fucking Musk), una se da cuenta de que esto va mucho más allá del conflicto en medio oriente y que se puede hacer algo, se esté en donde se esté. Es una guerra contra el fascismo global, contra la colonización y la neocolonización. Es una lucha contra el racismo, contra el clasismo y contra la dictadura de la tecnología. Es una guerra en contra de aquello que se llama “progreso”. Pogreso, ¿para quien? Es una guerra en contra del hambre, de la sed, del ecocidio. Es una guerra entre quienes queremos recuperar el espíritu y entre quienes nos lo arrebatan constantemente. Es una guerra en contra del capitalismo destructor y en contra de los valores patriarcales, que nos llevan tan rápidamente, al odio más ruin. Al odio, porque nos asustamos fácilmente, porque nos han herido tanto y tan profundamente. Al odio, porque en vez de abrirnos el pecho, disparamos una bala al pecho del otro para que así se rompa el reflejo en el que me veo. Al odio, porque es tan dolorosamente superficial, el deshumanizarnos… Al odio, porque nos hemos perdido en algo que hace mucho tiempo ya, que no tiene ningún sentido.
Y es por esto, que la última pregunta que hice a la gente que entrevisté fue la misma que nos hago aquí y ahora, junto con otras preguntas pertinentes: ¿Qué es lo que nos hace humanxs? ¿Cómo podemos recordar lo que significa ser humanx? ¿Qué significa ser unx humanx en esta vida? ¿Qué se practica a diario para mantenerse humanx? ¿Cómo hacemos para no olvidarnos de ser humanxs, una vez lo seamos? ¿Qué o quien nos roba el ser humanx que llevamos dentro?
Fue bonito darse cuenta de que en lo más profundo de nosotrxs mismxs, tenemos la respuesta. Nos debemos llegar a ella y, como el amor, que es una práctica, el ser humanx, también lo es. Recordar a qué hemos venido es más urgente que nunca.
Para continuar el diálogo,
thetrimmerstribe@gmail.com